La Iglesia Universal del Reino de Dios se vuelca con los presos

El trabajo de evangelización que lleva a cabo la Iglesia Universal del Reino de Dios en las cárceles ya se extiende por más de tres décadas. La presencia de los voluntarios puede ser vista diariamente en centenares de centros penitenciarios a lo largo de distintos países en todo el mundo. Esta iniciativa ha ayudado no sólo a los presos, sino también a sus familiares de una manera general.

A lo largo de estos años se han realizado distintas acciones para ayudar a los presos. El coordinador general de la Iglesia Universal del Reino de Dios se coordina con los voluntarios locales para promover actividades especiales en diferentes unidades penitenciarias, tanto masculinas como femeninas, solidificando, más aún, el compromiso de ganar almas para el Señor Jesús.

Un ejemplo es el trabajo que se realiza en Estados Unidos. Este país tiene una población penitenciaria de 2,3 millones, lo que lo convierte en el país con el mayor número de personas encarcelada. Solo en el estado de Texas, hay 141.661 presos, el estado con mayor población carcelaria del país y que además aún existe la pena de muerte.

Para hacernos una idea del problema, hay más norteamericanos dentro de las cárceles que en los dormitorios de las Universidades y residencias universitarias. Según los datos de la investigación llevada a cabo por ICPS, de cada 100 mil habitantes en los Estados Unidos, 698 están en prisión, y cada año mueren unas 7 mil personas dentro de ellas. La mayoría de las muertes se produce por suicidio o por asesinato.

En contrapartida a esos números tan alarmantes, la Iglesia Universal del Reino de Dios, supera cualquier tipo de barrera e idioma para la rehabilitación de los presos. El trabajo que se lleva a cabo se centra en acciones sociales y apoyo espiritual. En el caso de Estados Unidos se realiza en Clemens Unit, Texas.

El problema surge porque muchos de ellos no creen que puedan vivir una vida libre en la prisión porque han estado presos más de una vez. Algunos se sienten sin esperanza, porque su propia familia los abandonó. Sin embargo, se puede ver un progreso en el trabajo que realizan los voluntarios con ellos, puesto que hay testimonios de policías que acreditan esa mejora.

Recientemente, la Iglesia Universal del Reino de Dios abrió sus puertas dentro del Clement Unit. Con una capacidad para acomodar a 100 presos, la reunión inaugural fue dirigida por el obispo Bira Fonseca, responsable en los Estados Unidos.

En otros países, como en el Centro de Coordinación Policial del Municipio de Independencia, en el estado de Miranda, en Venezuela, cuando los voluntarios llegan, los reclusos reciben a los voluntarios con aplausos. Las visitas se realizan dos o tres veces al mes. Las acciones suelen constar de un momento para la oración y palabra de fe, para después servir un pequeño almuerzo entre los detenidos, haciendo valer lo que está escrito en la Biblia: “Hijos, no amemos de palabra ni de boca, sino con las obras y según la verdad”.

En el estado de Goias, en Brasil, más de 50 detenidos se bautizaron en las aguas y se entregaron al Señor Jesús durante la última visita del obispo Eduardo Guilherme. Este trabajo es muy reconocido por las autoridades públicas, que ponen múltiples facilidades a la labor que desarrollan los voluntarios.

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