Perder a alguien querido no es una experiencia fácil para nadie. Durante ese sufrimiento, muchos no consiguen afrontar tal dolor y pasan por un período de duelo largo e intenso, en que muchas veces no encuentran fuerzas para superar ese momento. Para minimizar este dolor, los voluntarios de Centro de Ayuda Cristiano, en el Paseo de Santa María de la Cabeza 12, celebran todos los sábados, visitas a los cementerios locales con el fin de encontrar consuelo en un momento de profundo dolor. Durante el encuentro, los familiares reciben ayuda espiritual y apoyo de esos voluntarios de Familia Unida.
Durante dos horas los voluntarios le dan una palabra de confort a quien tanto lo está necesitando por la pérdida. “Sabemos lo doloroso que es perder a una persona amada, el espacio que queda en la vida de sus familiares difícilmente será llenado de nuevo. Nuestra misión es hacerlas percibir que si el Espíritu Santo, que es el Consolador, entrar en su vida, no habrá más ese vacío y, aunque la nostalgia permanezca, a partir de ese momento ya no van a caminar solos “, comenta uno de los voluntarios que suele ayudar a los familiares en cada una de las sesiones.
Según los voluntarios, durante los encuentros ellos también aprovechan la oportunidad para marcar visitas, invitando a todos a ir a Paseo de Santa María de la Cabeza en Atocha, a fin de que entiendan cómo de importante es estar en la presencia de Dios.
Ayuda frecuente
Para que las acciones sucedan, los voluntarios se preparan durante toda la semana y acompañados del “Libro de Oración” para recoger los nombres de las familias que frecuentan estos lugares, ellos siempre están listos para ayudar.
Uno de los momentos importantes durante su trabajo ocurre en la “Ceremonia de Oración por las Familias”. Los voluntarios recorren las calles de los cementerios invitando a la gente a unirse y participar en una oración, pidiendo a Dios que el Espíritu Santo los ayude.
Los voluntarios que realizan el trabajo hablan de la experiencia de ayudar y entrar dentro de los cementerios. “La ayuda se hace presente en uno de los momentos más difíciles para todos que pierden un ser querido y para aquellos que no conocen la Palabra; y es en este momento que, por medio de ella, de una oración, conseguimos ayudar a las personas e incluso llevarlas a la presencia del Señor “, comenta uno de los voluntarios.