La Vuelta a España de este año está deparando muchas sorpresas en cuanto a las clasificaciones. Los que sobre el papel eran favoritos por las casas de apuestas y los telespectadores en general parecen desplazados de la lucha por ganar el pódium. Quizá por el cansancio del Tour o por cuestiones imprevisibles del ciclismo, la lucha por ser el ganador será entre corredores que no partían entre los grandísimos favoritos.
Caídas y cansancio
Tras ganar el Tour de Francia, Chris Froome llegó a España como el principal favorito para una Vuelta que no se alejaba demasiado de su perfil como ciclista. Tras unas etapas entre dudas y victorias, una caída frenó de golpe sus esperanzas por ser el campeón y lograr un doblete que parece resistirse. Esta caída le quitó la posibilidad de continuar y el poder luchar en el mundial.
Nairo Quintana, el otro gran favorito, sufrió una enfermedad durante las primeras jornadas y perdió tiempo en la montaña. Tras quedar segundo en el tour y con las defensas bajas, los problemas gástricos le han empujado a luchar por entrar en el pódium y casi le resulta imposible ganar.
Candidatos a la victoria
Pocos esperaban que Joaquín Rodríguez luchase por ganar la competición, pero estará en la lucha hasta el final, compitiendo por ganar su primera grande. Frente a él, el italiano Fabio Aru ha dado un gran paso adelante este año y tras quedar segundo en el Giro de Italia no quiere repetir posición en la Vuelta. Detrás de ellos, Rafa Majka y Dumoulin se ven con opciones de alzarse con la victoria. La contrareloj de Burgos decidirá el pódium y quién sabe si habrá sorpresas. La Vuelta tiene estas cosas y hay años en los que vence alguien en quien nadie confiaba. Quizá por eso gusta tanto a los aficionados al ciclismo.