Tanto los probióticos como los prebióticos son elementos que tenemos integrados en nuestra vida diaria y tomamos regularmente. Pero realmente no se suele saber el significado de esto y mucho menos la diferencia que tienen entre ellos. A través de este artículo vamos a explicar de forma detallada qué significa cada término, para así poder aprovechar su efecto.
Un probiótico es un alimento que contiene microorganismos vivos que pueden ser beneficiosos para la salud cuando los consumimos. Estos microorganismos deben estar vivos en su consumición. Por su parte, los prebióticos son ingredientes concretos de los alimentos que no se digieren y que ayudan a algunas bacterias buenas de nuestro organismo a crecer y a desarrollarse.
Como podemos ver, uno puede complementar al otro, si tomamos prebióticos esto puede ayudar a que los probióticos actúen con más eficacia y así podamos prevenir más enfermedades, sobre todo en los niños pequeños.
Pero no hace falta tomarlos todo el año, es más, tampoco resulta muy recomendable, ya que cuando nuestra flora intestinal está sana, no servirán para nada, los prebióticos no podrán aportar nada beneficioso y los probióticos no podrán instalarse para ayudar a las bacterias que no estén actuando adecuadamente en nuestro cuerpo.
Si queremos dársela a los niños lo mejor es que lo hagamos cuando están tomando medicamentos, sobre todo si son antibióticos. Los antibióticos matan todo tipo de bacterias en nuestro organismo, incluidas las beneficiosas, por lo que les puede ayudar a no tener otros problemas como pueden ser las diarreas. También es beneficioso dárselas cuando están enfermos, puesto que puede ayudarles a recuperar un poco de fuerzas y de defensas.
Lo que no es beneficioso es dárselo en época de otoño, justo antes de empezar los resfriados, porque tal y como hemos dicho antes, cuando nuestro cuerpo está sano, estos alimentos no nos van a ayudar.