Con el verano a la vuelta de la esquina, nuestra casa debe estar preparada para el calor, y este año se presupone que va a ser uno de los más calurosos de los que tenemos en los registros, pues después de un invierno pasado por agua y con mucho frío, todo hace prever que el verano convierta nuestro hogar, si no ponemos impedimento, en un auténtico horno. Por esto, y para que puedas estar a gusto en tu casa, te hemos preparado unos tips para preparar una casa para la llegada del calor.
Aislando las ventanas del calor
El calor puede traspasar las ventanas, especialmente si son de mala calidad o muy finas. Una de las maneras más eficaces a la hora de preparar una casa para el verano, es instalando unas ventanas que tengan un doble recubrimiento, consiguiendo con esto que los rayos ultravioletas no lleguen a calentar la vivienda, quedándose en el exterior. Esto hará que el ambiente no se sobrecaliente y pueda haber una temperatura aceptable dentro del hogar. Tienes que comprobar que todas cierran correctamente, porque tener una pequeña rendija abierta puede parecer que no va a provocar la subida de la temperatura, pero este aire entrará lentamente y se instalará, haciendo subir algunos grados de más.
Una casa verde
Cuando hablamos de una casa verde, no nos queremos referir a que tu vivienda sea de dicho color, sino que intentes por todos los medios de rodearte de plantas, no solo en el interior, sino también en la terraza como en el tejado o azotea de tu casa. Las plantas van a producir una sensación térmica que va a mejorar el ambiente en el hogar, por lo que no viene nada mal colocar bastantes, pues se nota y mucho cuando tienes en tu vivienda zonas verdes.
Comprobando el aire acondicionado
Otro de los puntos importantes es el aire acondicionado. Cuántas veces no habrá pasado que en el momento de máxima calor, queremos encenderlo y nos damos cuenta que el aire no enfría lo suficiente o simplemente que ha dejado de funcionar. Para esto, lo que tienes que hacer es antes de que llegue el calor, es decir en los meses de mayo y junio, encender tu aire acondicionado y manipularlo, poniéndolo al tope para comprobar si realmente está funcionando y si, por el contrario, no echa aire frío, tendrás que llevarlo a un técnico a reparar para evitar que, cuando las altas temperaturas lleguen a tu hogar, sufras los estragos del calor.
Ventilar la vivienda
Es importante que la casa pueda ventilarse bien. Utiliza las horas en las que el Sol no sea demasiado intenso para abrir las ventanas, como por ejemplo por la noche y las primeras horas del día, con esto conseguirás que el aire que ha estado estancado y sin moverse dentro pueda salir y que la temperatura baje algunos grados, algo que notarás con total seguridad. Si tienes la posibilidad, intenta que haya una corriente de aire, es decir, que puedas abrir ventanas que se encuentran en diferentes partes de la casa, para que se mueva de un lado para otro el aire.
Aislamiento térmico en los techos
Los techos son otros de los elementos que tenemos que tener en cuenta cuando viene el verano. Por lo general, y debido a que las temperaturas suben cuanto más alto está el Sol, son los techos de las viviendas las que más calor van a soportar y por lo tanto, las que conseguirán que aumente la temperatura. En la actualidad hay muchas posibilidades respecto a los aislamientos térmicos que se usan para estas zonas, teniendo un precio bastante barato, pero deberán de ponerse por las fechas de abril o mayo, ya que, si intentas ponerlas en junio, posiblemente tarde un par de semanas en recubrir todo, por lo que estarás un tiempo pasando bastante calor. Es mejor ser previsor antes que pasar calor.
Utiliza materiales frescos
Existen materiales que van a aguantar muy bien la temperatura y que te aportarán confort en el hogar, estos son por ejemplo la madera o el ladrillo. En ambos casos, puedes decorar por el interior con estos materiales, dándole un toque rústico a tu vivienda, como también mejorando la temperatura, ya que, en verano, serán capaces de estar frescos y sentirte perfectamente, pero cuando llega el invierno ocurre exactamente lo contrario, son capaces de mantener el ambiente con calor, evitando que pases frío, por lo que puedes colocar ladrillos en las paredes y un suelo de tarima de madera para sentir el frescor en verano y huir de una vez por todas del calor.