Recientemente se habla de manera muy habitual, de las llamadas ciudades inteligentes. Pues bien, nosotros queremos hablaros de un fenómeno que se sitúa paralelo, porque las ciudades mejor preparadas para el futuro, serán probablemente aquellas que lideren la carrera a la hora de convertirse en Smart-cities.
Ahora bien, hablar de ciudades inteligentes, no significa simplemente que estas tengan internet en las calles. La transformación de las ciudades va más allá, porque aquellos que tienen el poder de mejorar nuestro modo de vida, cambiando el mobiliario urbano o el trazado de las calles, han apostado por hacer nuestras ciudades más seguras, más saludables y más eficientes. De esta manera, niveles referidos a la contaminación, al uso de la energía tanto de industrias como de tráfico, tienen gran importancia la hora de considerar una ciudad como inteligente.
En Europa, aunque pueda parecer una idea descabellada, se acumula el mayor número de ciudades potencialmente inteligentes de todo el mundo, encontramos algunas como:
- Copenhague. La capital de Dinamarca se subraya como ciudad inteligente por ser un hervidero de start-up que potencian las diferentes caras de todo aquello que se puede considerar ecológico y bio. Además, en su trazado urbano encontramos un gran número de puntos de WIifi y por supuesto la ciudad invierte en energía limpia en todo momento, pretendiendo ser neutral en la producción de CO2.
- Zurich. ¿Por qué esta ciudad se convierte en uno de los enclaves más inteligentes dentro de la geografía europea y mundial? Principalmente por su potenciación de las zonas verdes.
- Estocolmo. Tanto sus trenes urbanos, como los autobuses de la ciudad, utilizan combustibles limpios en todos sus recorridos. Además, la energía renovable supera ya el 50% de la producción de energía del país y por tanto de la ciudad.