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La compañía Becsa tiene una amplia experiencia en el sector de la construcción e infraestructuras. Su evolución durante todo este tiempo ha consolidado su compromiso con la innovación técnica y la sostenibilidad ambiental.
Esto se ha visto reflejado tanto en proyectos que ha abordado por todo el territorio nacional, como también en el desarrollo interno de materiales y técnicas que ha impulsado desde su departamento de I+D+i.
Becsa y el carril ciclopeatonal Logroño-Lardero
En lo referente a infraestructuras sostenibles, uno de los proyectos más recientes de Becsa es el carril ciclopeatonal que conecta Logroño con Lardero, ambas localidades de La Rioja.
La construcción de este vial se ha realizado con base en un proyecto que contaba con un presupuesto de 1,15 millones de euros. Se trata de un carril con una longitud de 1,8 kilómetros y 6 metros de anchura.
La mitad de ellos son de calzada ciclista y la otra, para la acera peatonal. Esta anchura permite que hasta 3 bicicletas circulen de forma simultánea.
La infraestructura cuenta también con luminarias solares eficientes energéticamente durante casi toda su longitud, además de señalización horizontal y vertical y balizamiento.
El carril ciclopeatonal Logroño-Lardero construido por Becsa une ambas localidades desde la avenida Juan Carlos I de Lardero, hasta la glorieta de intersección de la avenida de la Sierra con la calle Sequoias, en Logroño.
Gracias a este proyecto ambas localidades cuentan con una conexión segura que mejora la movilidad entre los vecinos, al mismo tiempo que promueve la salud y sostenibilidad, al fomentar la vida activa y el uso de la bicicleta entre ambos municipios.
Inversión de Becsa en sus propias instalaciones
Una de las estrategias que aprovecha la compañía Becsa para mejorar en competitividad e innovación es una inversión constante en la mejora de sus propias instalaciones.
Entre sus últimos avances destaca la instalación de tres tanques verticales para almacenamiento de betunes mejorados con caucho, que son aprovechados en sus plantas ubicadas en las localidades de Castellón, Almenara y Aldaia.
Los tanques tienen como función principal la de mejorar el almacenamiento de los betunes mejorados con caucho. Cuentan para ello con unos agitadores capaces de reducir la sedimentación del caucho añadido a algunos de los betunes utilizados en el proceso de fabricación del aglomerado asfáltico.
De forma complementaria, estos tanques también refuerzan su aporte a la sostenibilidad al reducir la huella de carbono, ya que realizan el calentamiento del betún mediante resistencias eléctricas. Esto evita el consumo de combustible para llevar a cabo este calentamiento.
Estas nuevas instalaciones de Becsa cuentan con subvención de los fondos NEXTGEN dentro del programa Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana (MITMA).
No es anecdótica la inversión de la compañía en mejora de sus infraestructuras, sobre todo con acciones como la integración de materiales reciclados, eficiencia energética y soluciones de bajo impacto en su modelo de construcción.
También de manera reciente, Becsa ha adquirido un silo de transferencia para mejorar el proceso de extendido de mezclas bituminosas con asfalto recuperado incorporado.
Esto es clave, tanto para garantizar la durabilidad del firme de aglomerado asfáltico mediante la distribución homogénea de la temperatura en toda la mezcla, como también para minimizar todo lo posible las segregaciones en la misma.
Otros beneficios complementarios de esta inversión serán evitar paradas no deseadas en el proceso de alimentación de la mezcla bituminosa, así como reducir al mínimo las juntas transversales.
Para conseguir todos estos objetivos se aprovechan silos de transferencia, unas máquinas que están colocadas entre el vehículo que transporta la mezcla bituminosa y la extendedora. La máquina trabaja como pulmón entre los dos vehículos y evita el contacto entre el camión y la extendedora.
En esta línea, Becsa también ha invertido en la instalación de un equipo de espumación física del betún en su planta de Aspe, en Alicante.
La inversión en este equipo se basa en el objetivo de reducir la temperatura a la que se fabrica el aglomerado asfáltico, algo que permitirá a su vez contar con menor consumo energético. Así se contribuye a la disminución de emisión de gases contaminantes y a la minimización de la huella de carbono que se genera en la producción de asfalto.