Hoy nos hacemos eco de las diversas noticias que circulan en torno a la ruta de la seda, una ruta moderna que pretende conectar China con el resto del mundo y hacer que este país sea el centro neurálgico de nuestro planeta. La ruta de la seda conecta hasta 75 países de Asia y Europa, por lo que se trata de un itinerario con gran relevancia en nuestros días. Sin duda estamos ante un proyecto de infraestructuras global.
La ruta de la seda pretende ser un proyecto real hacia el 2049, con un itinerario tanto marítimo como terrestre, para China se convierte en la expresión material de su geoestrategia a nivel global en el siglo XXI. China pretende mirar al mundo y que su papel en nuestro planeta con objetivos de desarrollo más sostenible y con una conectividad más fluida, conviertan de nuevo al gigante asiático en el centro de nuestro mundo.
La nueva ruta de la seda y el optimismo desde el gigante asiático
Aunque la nueva ruta de la seda pueda parecer una idea vaga, a día de hoy todas esas ideas que se proponen para que esta ruta sea una realidad, van materializándose y haciendo que las infraestructuras dentro del propio país mejoren, beneficiando a los ciudadanos, pero también a aquellos que tienen intereses y negocios con el gigante asiático. Una red muy ambiciosa de transporte y comercio con conexiones de infraestructuras.
Este ambicioso proyecto tiene también diversos detractores, porque hay quien dice que consiste simplemente en una estrategia de China para conseguir más poder e influencia en el mundo. Sin embargo, voces del propio gobierno chino apuntan que se trata de una gran oportunidad para impulsar el comercio, así como el desarrollo de los países más pobres afectados por esta ruta.